miércoles, 9 de mayo de 2012

Lo que no corresponde

Hagamos lo que no corresponde. Lo que está mal. Lo que nadie apoyaría que hiciéramos. Lo que no le gusta a nadie. Lo que nadie quiere que hagamos, porque no corresponde. Hagamos de cuenta que es cierto eso de que nuestra relación no se vive porque no corresponde. Porque en principio es así, no corresponde. No se puede. Porque en el medio hay mucha gente y algunas personas en particular. Porque fijarse en vos está mal y fijarse en mí está peor. Fijarse en mí está mal porque cualquiera lo sabe y está a la vista. Fijarse en vos está mal porque es casi un cliché. Y porque no corresponde. También podemos seguir como hasta ahora. Amigos y a los abrazos, aunque muchas veces eso tenga gusto a poco. Vos podes seguir con la mentira de que no podemos empezar nada porque no corresponde y yo puedo seguir con la farsa de que te creo. Es mucho más placentero y menos comprometido. Peor sería sentarnos a charlar y que me digas que no te pasa lo mismo, que no tenés ganas. Siempre va a ser mejor hacernos los distraídos y los buenos. Los distraídos a los que algo les pasa, poco, que no saben bien. Los buenos que no lo viven porque no corresponde. Eso es mejor. Aunque mejor es hacer lo que no corresponde.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Felipe termina de leer el monólogo y levanta la cabeza para ver el auditorio lleno y sumido en un silencio expectante. Desde el fondo, una chica con una verdulería escondida en la cartera levanta una mano tímida e interrumpe la quietud del recinto. No sabe si alguna vez se ganó el derecho de meterse en ese lugar ajeno y desconocido, y encima sentirse intrigada, pero no lo puede evitar. Carraspea nerviosa y empieza con voz de pato fuerte y claro: “Entiendo la idea de que los demás creen que no corresponde, y que el texto gira sobre la hipótesis inicial de que es mejor hacer lo que no corresponde, lo que no entiendo concretamente es por qué para el autor tampoco corresponde”. Termina la frase y se pone instantáneamente colorada: al final de la oración se da cuenta de que, en definitiva, Felipe quizás esté hablando de otra fruta y, en ese caso, a ella ni siquiera le correspondería preguntar. No soporta la sobreexposición y se para sólo para desmayarse dramáticamente: de esa forma su salida escandalosa opacaría el trasfondo de su inicial intervención. Rápidamente entran paramédicos a la sala y, antes de que todos se pregunten de dónde salieron y quién los llamó, retiran el cuerpo de la chica inconsciente.

Anónimo dijo...

Lo prohibido se vuelve tentador

Anónimo dijo...

Peor sería sentarnos a charlar y que te diga que no me pasa lo mismo, que no tengo ganas.

Felipe Alonso dijo...

Tres anónimos, que intriga.
Me fue fácil descubrir el primero, un beso para ella.
Ahora, los otros dos comentaristas,me intrigan.
De todos modos un saludo y gracias por pasar por acá

Anónimo dijo...

Soy la que no hace lo que no corresponde,la persona que tenía que leer esto...el mensaje está claro

Felipe Alonso dijo...

Muy bien, si usted cree eso.
Quizás tenga razón.

juan dijo...

no correspondeee........ hasta que un día sí corresponde (estoy esperando con ansia ese momento)