lunes, 27 de agosto de 2007

Garabatos con su nombre

Frente a las hojas en blanco hay muy poco para hacer. De un tiempo a esta parte, todas se empeñan en agredirme.
Porque invitarme, sutilmente y en silencio, al oficio constante de escribir sobre ella, no es otra cosa que provocarme. Meterme el dedo en la llaga.
Convertirse en un cuadro de ella, que hay que descubrir, escupir y tapar con palabras. Hasta que no se le vea la cara. Porque no la quiero ver más.
Eso hacen las hojas de un tiempo a esta parte. Me provocan.
Y es por esta actitud que tomaron conmigo las hojas, que yo me comporto como lo hago. Cada rincón que me ofrecen termina por encarcelarme. No es que yo me empeñe en no dejarla ir de mis pensamientos.
Quisiera que sepan, pobres infelices ellas, que en poco tiempo ya no voy a rayarlas más con mis palabras. Las voy a dejar en blanco.
No voy a escribir mas en ninguna hoja que me ofrezca hablar de ella. Porque ya no hay nada más que hablar.
Si no fuera porque estoy haciendo esto para que las hojas se den por enteradas, no estaría siquiera nombrándola al pasar. No voy a nombrarla mas, lo repito. Ella desapareció.
Y cuando digo “ella”, digo ella como palabra. Perdonen que sea infantil, pero “ella” para mi es y sigue siendo ella. No puedo pensar en un ella como cualquier otra persona.
No más “te extraño”. Me canse de esa frase alumbrando, como una tibia linterna, apagones de dimensiones inconmensurables.
“Te quiero” si que no va mas. Me canse de ver esa frase entre nosotros, besando la lona, victima de un feroz golpe de indiferencia que lo dejo, y lo deja, Nocaut.
De ahora en más mis palabras cambian de dueña (a ver quien las quiere)
Ahora yo decido sobre quien escribo.
De ahora en adelante, no más garabatos con su nombre.

lunes, 20 de agosto de 2007

Un beso en el Cuello (segunda parte)

Con sueño no se puede pensar y tengo sueño. Suerte que no necesito pensar.
Llegado el momento de decirte las cosas, hoy, no necesito pensar.
Porque ya pensé mucho en cada cara de las palabras, pensé como decirlas. Pensé también la manera en que las recibirías. Y en todos mis pensamientos las cosas variaron.
Cambie mi discurso cerca de un millón de veces. Hubo días en que pensé que lo mejor seria poner mis palabras de rodillas para que suban hasta donde vos lo permitas. Otras veces creí que lo mejor seria ser valiente y hablarte desde el lado del que supero lo que le dolía. Otras veces no pensé.
Hoy ya lo tengo resuelto.
Cayendo en la simpleza.
Te Extraño.


(En el día que te volví a ver cantar)

miércoles, 15 de agosto de 2007

Un beso en el Cuello

No quiero caer en la simpleza. Nunca llegue a ningún lado con la simpleza.
No me vengan con eso de que la vaya a buscar y le hable, con que le ponga cara a mis palabras. Voy a buscar la manera de poder solucionar las cosas. Y ojo que yo se que no es esta. Pero esta es la manera que hoy tengo de decir un poco de lo que tengo guardado.
No voy a caer en la simpleza, así empecé estas líneas y lo sostengo.
El problema no es lo que fue ella para mi, nada de eso. El problema es lo que es ella para mí.
Soy conciente de que su distancia es justa, se canso de mi manera de decir las cosas, de mi eterna predisposición a meterme en donde no debo, esta harta de mi incoherencia. Esta realmente exhausta de mí.
Y yo estoy cansado de ella. Estoy cansado de ella en otro lado, de ella a un millón de años de distancia, de ella esquivando mi mirada. Estoy cansado de comerme la cabeza pensando en como hablar con ella y llegar a la conclusión de que lo justo es justo y yo la perdí.
Es que un par de meses es muy poco para que se le calme el dolor de otro desplante mió.
Porque todos tienen un límite y yo sobrepase por mucho y muchas veces el de ella.
Porque le hice mil cosas. Por empezar, la quise como nadie.
Porque la quiero de cualquier modo en que aparezca, la quiero como amiga, como compañera. La quiero como lo que ella este dispuesto a ser conmigo, pero la quiero acá.
La quiero acá, y la quiero ahora.
La quiero ahora y la quise siempre
Las palabras me queman en la garganta y no aparece nadie que las merezca como ella.
Estoy tratando de decir algo de todo lo que me pasa.
Que se resume en dos palabras, pero no quiero caer en la simpleza, lo vuelvo a decir.
No quiero resumir la cantidad de cosas que me pasan en dos palabras, me parece injusto, me parece ingrato. No quiero que todos mis sentimientos lo representen de una manera tan exacta tan solo dos palabras.
Y por todo lo que te quiero, ahora te hablo a vos, dejo este posteo incompleto.
Porque no pude encontrar la manera de decirte que te extraño, sin decirte te extraño