lunes, 20 de agosto de 2007

Un beso en el Cuello (segunda parte)

Con sueño no se puede pensar y tengo sueño. Suerte que no necesito pensar.
Llegado el momento de decirte las cosas, hoy, no necesito pensar.
Porque ya pensé mucho en cada cara de las palabras, pensé como decirlas. Pensé también la manera en que las recibirías. Y en todos mis pensamientos las cosas variaron.
Cambie mi discurso cerca de un millón de veces. Hubo días en que pensé que lo mejor seria poner mis palabras de rodillas para que suban hasta donde vos lo permitas. Otras veces creí que lo mejor seria ser valiente y hablarte desde el lado del que supero lo que le dolía. Otras veces no pensé.
Hoy ya lo tengo resuelto.
Cayendo en la simpleza.
Te Extraño.


(En el día que te volví a ver cantar)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hayyyy no te tenia escritor. Sossss muyyy buenooo te felicito. Seguimos chateando, besitosss

Anónimo dijo...

Hola me gustó mucho lo que escribiste.:)