sábado, 25 de abril de 2009
Anoche mi viejo y yo lloramos
Anoche mi viejo y yo lloramos.
Y no lloramos por un dolor que nos partía el alma, o los huesos. Tampoco mirábamos una película triste, de esas que uno mira como si no tuviera suficiente con la vida que lleva.
Lloramos de alegría.
Y como nosotros, lloraba Nano en su departamento y Alejandro en La Plata o Santiago del Estero. No los vi, pero no es difícil imaginarse que lloraban. Tampoco es complejo imaginarse la emoción incontenible de Graciela, Juan y Octavio desde el barrio 25.
O la de Alejo. Alejo y Valentín.
Ellos y otros miles lloramos anoche. Pero yo nombro a ellos porque los quiero y son en los primeros que pensé anoche, mientras lloraba. Y antes, mientras estaba nervioso y expectante con que suceda lo que ahora es verdad para siempre.
Y porque todos ellos la padecieron igual que yo. Que mi viejo y yo. Porque se bancaron la misma y única cargada que pueden decirnos. Pero que ahora ya no la van a poder decir más.
Entonces ¿quien me baja ahora de esto?. Si ya era optimista antes. Si mi viejo, Nano, Alejandro, Graciela, Octavio, Juan, Alejo y Valentín y otros miles, y yo, ya éramos optimistas antes, ahora somos eternos.
Y lloramos. Si, lloramos, de amor, de alegría. De que esta vez si. Y supera inmensamente la frustración de todas las otras veces que no.
Porque por fin anoche se nos dio.
A Nano, a Alejandro, a Graciela, Juan y Octavio, a Valentín y Alejo, a otros miles, a mi Viejo y a mi, se nos dio.
Porque anoche, San Lorenzo, por fin gano la Libertadores.
Texto, a la vista de muchos, optimista.
Yo, prefiero verlo como premonitorio
domingo, 12 de abril de 2009
Cicatrices
Las cosas no solo dependen de que uno le ponga voluntad, hasta el corazón. No siempre los objetivos llegan a buen puerto solo por el afán, obstinado, de uno. Mucho menos cuando se trata de algo de dos y hace fuerza uno solo.
Por eso, quedate tranquilo. Todo pasa. Porque la mina no era para vos, y es así. Se iba a caer por su propio peso más antes que después. Y se cayó. Y yo se que se te cae el mundo también. Sobre todo a vos, Leandro, que das tanto. Que le diste tanto a esto que al final no se dió.
Pero hay algo que te pinta de cuerpo entero. Algo que me dijiste ayer. Eso de que te dolía que la mina te deje por él, porque el tipo es una basura y la va a joder. Eso dijiste. Que te preocupaba que la jodan porque era una buena mina.
¿Te das cuenta, loco? Después de lo que esta mina te hace, vos te preocupas por lo que el fulano este, le pueda hacer a ella. Y eso es porque sos un buen tipo. Y porque la querías, obvio. Pero fundamentalmente por lo primero.
En lo personal, ya sabés, estoy con vos. En esta como en las demás. Pondremos el hombro y saldremos adelante.
Esto es un aprendizaje, vas a sacar cosas importantes. Aunque ahora te parezca que todo resta, que fue una porquería, que perdiste tiempo. El tiempo nunca se pierde cuando trascurre mientras uno hace cosas. Y vos a esta mina la amaste con locura. ¿Te parece poco?. Estuvo bien, estuvo mal. Para el caso es lo mismo. Vos siempre diste. Y aunque hoy sientas que tenes las manos vacías, si te fijas mejor te quedaron muchos premios de haber sido un tipo leal. Que dio todo.
Fíjate bien.
Están entre los costurones y las cicatrices de ese corazón enorme que diste y no te lo cuidaron.
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